7 págs. (Archivo post-print adjunto), 3 págs. (versión PDF final de editor).-- Publicado en su versión final bajo el título "Protección de suplementos proteicos: uso de taninos".
Actualmente, una de las metas fundamentales de la nutrición proteica de los rumiantes es tratar de optimizar la utilización de la proteina de la dieta para maximizar el crecimiento del animal y la producción de leche por unidad de proteína consumida (Schwab, 1995). Esto implica, por una parte, suministrar una cantidad adecuada de proteina degradable en el rumen (PDR) para maximizar el desarrollo de la población microbiana ruminal y la degradación de la
materia orgánica. Y por otra, suministrar la cantidad necesaria de proteína no degradable en el rumen (PNDR) que complemente a la proteina microbiana sintetizada en el rumen para proporcionar la relación más conveniente de energía/proteina (Van Straalen y Tamminga, 1990).
Parece claro que la situacion actual (niveles cada vez más altos de producción de leche y carne, preocupación acerca de la pérdida de N y consiguiente contaminación del medio, etc.) está obligando a una mayor precisión en la formulación de las raciones para rumiantes.Como es sabido, los animales de alta producción necesitan un aporte elevado de PNDR, al resultar la proteína microbiana sintetizada en el rumen claramente insuficiente para cubrir sus necesidades proteicas (AFRC, 1993). Hasta hace unos años, los suplernentac proteicos utilizados en alimentación animal podían ser tanto de origen animal como vegetal.
Existen numerosas razones para tratar de proteger la proteína de estos suplementos frente a la degradación ruminal (es decir, para reducir el ritmo y la magnitud de la degradación ruminal) y disponer de una amplia oferta de alimentos con un elevado contenido de proteína no degradable en el rumen (Schwab, 1995). Entre estas razones se encuentran, por ejemplo, las siguientes: 1) la mayor parte de los pastos, henos y silos de buena calidad contienen una elevada cantidad de PDR, de modo que, si se quiere equilibrar la ración, sólo podrían ser suplementados con alimentos con un elevado contenido de PNDR y 2) el empleo de alimentos con un alto contenido de PNDR podría permitir también el uso de suplementos de nitrógeno no proteico (NNP) y una menor dependencia de fuentes de proteína verdadera.
El principal reto al que se enfrenta cualquier tratamiento de protección de la proteína de la dieta es conseguir las condiciones de procesado ideales para, por un lado, aumentar el contenido de PNDR hasta un punto que justifique el coste del tratamiento, y por otro, minimizar posibles efectos adversos tales como la pérdida de aminoácidos o la disminución de la digestibilidad intestinal de la proteína protegida.
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