Ponencia presentada a las XII Jornadas de Producción Animal AIDA 2007, Sección 3: Nutrición y alimentación (mayo 2007). Publicada en un número especial de la revista ITEA.
El pH de la digesta en el rumen es uno de los factores que influye de manera más significativa sobre la población microbiana y el patrón de fermentación ruminal (Lana et al., 1998) y, consecuentemente, sobre la degradación de la pared celular vegetal. La producción de ácidos grasos de cadena corta tiende a reducir el pH, mientras que su absorción a través de las paredes del rumen y la secreción de saliva con una elevada capacidad amortiguadora son los principales mecanismos para neutralizar dicho efecto y mantener el pH dentro de un rango estrecho. El pH puede variar en función del tipo de dieta que ingiere el animal.
Con los métodos in vitro para el estudio de la fermentación ruminal es posible un control preciso de las condiciones de incubación. Sin embargo, el estudio del efecto del pH en condiciones in vitro (Grant y Mertens, 1992) plantea ciertas dificultades, ya que para poder mantener cultivos de microorganismos ruminales es preciso que en el medio de cultivo se incluya una disolución tampón que amortigüe las variaciones de pH (Menke y Steingass, 1988) provocadas por la acumulación de los ácidos grasos de cadena corta.
El objetivo de este trabajo de investigación fue estudiar los efectos de la adición de diversos sustratos fermentables (cebada, heno) o distintas disoluciones amortiguadoras sobre el pH del medio de cultivo y sobre la digestibilidad in vitro de varios forrajes.
1Proyecto de la Unión Europea REPLACE FP6-FOOD-CT-2004-506487.
Peer reviewed