Los movimientos migratorios constituyen, como diría Ortega
y Gasset, uno de los grandes temas de nuestro tiempo. Las
migraciones representan en la actualidad el principal factor
de cambio social. Las intensas corrientes migratorias están
en el origen de transformaciones de enorme calado tanto
en el plano político como en el social y en el cultural. Sus
efectos se tornan especialmente visibles en los ricos países
occidentales, en donde se asiste a un acelerado proceso de
constitución de sociedades de corte multicultural impulsado
precisamente por la llegada de inmigrantes de muy variada
procedencia. El impacto de las migraciones se deja notar
también en las estructuras institucionales de los sistemas
democráticos y tiene su reflejo más directo en la creación
ad hoc de nuevas agencias administrativas encargadas de
gestionar medidas y recursos destinados a los inmigrantes.
Asimismo se ven afectadas cuestiones tan esenciales para
una sociedad democrática como la concepción de la participación
política, el modo de entender la identidad colectiva y
hasta la propia noción de ciudadanía. Incluso los modelos tradicionales
de inserción social y lealtad política se ven puestos
en entredicho por las redes y comunidades transnacionales
que desarrollan los inmigrantes para sobrellevar las penurias
que en numerosas ocasiones conlleva su situación existencial.
Peer reviewed