Publicado en: Heinrich Heine, Sobre la historia de la religión y la filosofía en Alemania, Alianza Editorial, Madrid, 2008. pp. 7-36
Esta edición de la obra de H. Heine de 1834, muy probablemente su escrito con mayor contenido filosófico, incluye también cinco textos breves claves para la recepción de Heine en general y de "Sobre la historia de la religión y la filosofía en Alemania" en particular (la traducción de los mismo es obra de J.C. Velasco). Los dos primeros son del propio Heine: el prólogo que añadió a la segunda edición en 1852, así como su escrito “Kahldorf sobre la nobleza...”, de 1831, en el que compara la situación de la Francia revolucionaria con Alemania, cuya filosofía, a fin de cuentas, no es otra cosa que “el sueño de la Revolución Francesa”. Los otros tres textos son: “La herida Heine” de T. W. Adorno (1956), escrito con motivo del primer centenario de la muerte y obra fundamental para la recuperación de Heine en Alemania; “Heine y la revolución alemana” de D. Sternberger (1972) y “Heine y el papel de los intelectuales en Alemania” de J. Habermas (1987).
Heinrich Heine no era un filósofo, sino un poeta. Sin embargo,
a lo largo de toda su amplísima obra se hace visible la profunda
inclinación que sintió por la filosofía desde su decisiva
etapa de estudiante en las más renombradas universidades
alemanas del momento, una pasión filosófica que nunca se
disipó pese a los múltiples desengaños, desilusiones y frustraciones
vividos. A Heine, un poeta a quien le dolían y desconcertaban
las cuestiones sociales y políticas, pero al que
también le entusiasmaban las posibilidades del saber teórico,
del pensamiento especulativo, le tocó vivir unos años
nada anodinos de la historia de la filosofía y estuvo situado,
si no en el centro del escenario, sí en la primera fila de la platea.
No se contentó empero con ser un mero espectador e intervino
con su palabra escrita, un medio en el que su genialidad
se mostraba con todo su brillo. Eran años en los que se
encontraba en pleno auge la religión secular del conocimiento
y del progreso. Una nueva fe a la que se adhirió de cabeza y
de corazón, y de la que también fue polémico apóstol.
Peer reviewed