Este artículo consta de IV partes. Pertenece a la sección diaria del CVC (Centro Virtual Cervantes).
A mediados de diciembre del 2003 una nueva alerta médica recorrió el mundo. La prensa comenzó a hablar de la gripe del pollo, un brote extremadamente mortal de una enfermedad animal infecciosa respiratoria de origen vírico, extendida por todo el mundo. Para designar la dolencia, pronto empezaron a circular denominaciones diversas, que siguen utilizándose en medios de comunicación: gripe aviar, peste aviar e influenza aviar, y menos frecuentemente gripe aviaria, fiebre aviaria e influenza aviaria, nombres a los que en ocasiones se añade la expresión altamente patógena; otras veces se usan estos términos seguidos de asiática, por el origen geográfico del brote; se emplean también influencia como variante de influenza, y aviana, en lugar de aviar o aviaria; tampoco son extrañas las denominaciones gripe de las aves o gripe del pájaro o de los pájaros. ¿Son correctos todos estos términos?
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