I La emergencia de los tecnocidanos
1. Legos, amateurs, nerds y tecnoácratas.
1.1 La construcción social de los públicos de la ciencia
1.2 La demanda social de participación en ciencia
1.3 Tecnoacracia: de los amateurs a los hackers
2. Criptopolíticas: activismo y tecnologías de despliegue
2.1 La ciencia como gestión de datos
2.2 La GPL como motor de Internet
2.3 Bien común y open access
II La movilización de los tecnocidanos
3. Movilización de híbridos: nuevos actores y nuevos consensos
3.1 La irrupción de los híbridos
3.2 La política de los casos: tablas y comentarios
4. Satelización de e-sujetos: cálculo distribuido y popular power
4.1. Grid computing y wifi networks: la próxima revolución
4.2 La política de los casos: tablas y comentarios
5. Despatrimonialización de prácticas: open source y open access
5.1 La cultura hacker y el procomún
5.2 La política de los casos: tablas y comentarios
III La promesa de los tecnocidanos
6. Las nuevas encrucijadas de la tecnociencia: ciudadanía y participación
6.1 Resumen
6.2 Recomendaciones
6.3 Bibliografía (resumen)
La participación ciudadana en ciencia conoce en nuestra época una verdadera edad dorada. Hace apenas unas décadas era inimaginable la
creciente influencia que la ciudadanía iba a tener en la marcha de la ciencia. Y, aunque algunos movimientos de activistas contra las nucleares lograron en los 80 situar en la agenda política de muchos gobiernos la resistencia popular al desarrollo de esta fuente de energía, lo cierto es que la presencia hoy de las ONG en la toma de decisiones comienza a ser algo habitual y, en algunos casos, alcanza la condición de estructural.
Las sociedades modernas han necesitado explorar formas muy innovadoras de organización social que les permitan afrontar las nuevas encrucijadas a las que nos aboca la llamada sociedad del riesgo. Nadie
discute que estamos hablando de asuntos de extrema gravedad, como lo manifiesta la experiencia adquirida durante las anteriores crisis del SIDA, de los alimentos y cultivos transgénicos y de las vacas locas. En su conjunto, los tres casos señalados (entre los muchos que podríamos mencionar) comparten
algunos aspectos que aquí queremos subrayar. Quienes desde responsabilidades de gobierno o empresariales lamentaron el desbordamiento del tradicional sistema de expertos por los movimientos de agitación ciudadana, aprendieron que la gestión de estos conflictos tiene que ser menos vertical y más dialogante. Descubrieron también que no es fácil hacer frente a organizaciones que saben aprovechar muy bien las múltiples oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC).
Fundación Española de Ciencia y Tecnología, FECYT (2004)