Este trabajo se ha desarrollado dentro del proyecto de investigación “La última red de protección social en España” (SEC97-1377) del Plan Nacional de I+D.
Las rentas mínimas de inserción (RMI) han supuesto un revulsivo frente a antiguas políticas de transferencias que pretendían meramente aumentar el nivel de ingresos regulares de los beneficiarios. Las RMI de los años noventa en Europa han generado un renovado interés por los aspectos no exclusivamente monetarios de la pobreza, que se ha unido con el concepto de exclusión social. Al mismo tiempo las RMI basan sus criterios de acceso en la renta del individuo y diseñando después medidas de inserción para sus beneficiarios. Esto significa que la única medición operativa con que contamos de la exclusión es la de ser beneficiario de un programa de rentas mínimas. No obstante, los criterios de políticas que han ido naciendo para hacer frente a una realidad que ha ido surgiendo (o haciéndose visible socialmente aunque existiera previamente) no tienen por qué responder a las reflexiones y tipologías establecidas por los especialistas. Así, para establecer un determinado cómputo de excluidos sería conveniente que éste estuviera conectado con un concepto claro de exclusión social.
Para acometer el intento de proponer tales criterios de medición vamos a basarnos en las aproximaciones sociológica y económica al concepto de exclusión social.
El concepto de exclusión social no es ciertamente nuevo dentro del ámbito de la sociología, aunque sí que lo es dentro del análisis económico. En este trabajo se apuesta por la utilidad de realizar una interpretación económica de determinados análisis sociológicos de la exclusión social, que, a nuestro juicio, puede permitir acometer mediciones con grandes encuestas para detectar colectivos vulnerables ante la exclusión social, ya que la detección de excluidos gracias a ese tipo de encuestas es sumamente difícil debido a las propias características de este colectivo.
Para desarrollar este objetivo se revisa, en primer lugar, cómo puede realizarse ese encaje entre los análisis sociológicos de la exclusión con la economía, partiendo de las líneas de investigación tradicionales sobre la pobreza en Europa. En segundo lugar, se pasa a explicar cómo se puede intentar medir la exclusión social, teniendo en cuenta este enfoque económico. En tercer lugar, se aplica la propuesta a la primera ola del Panel de Hogares de la Unión Europea correspondiente a España (en adelante, PHOGUE). Finalmente, se ofrecen unas conclusiones que recogen las principales aportaciones de nuestra investigación.